diciembre 20th, 2010

1er Desayuno Ciudadano de Madrid

Quería dejaros algunas fotos del Primer Desayuno Ciudadano, que tuvo lugar el pasado domingo 12 de diciembre en el Parque de la Cornisa de Madrid.

La elección del sitio no fue casual, ya que una de las intenciones de estos desayuno es, además de disfrutar del espacio público llevando a cabo una actividad cotidiana como es el comer, hacerlo en localizaciones urbanas especiales y no precisamente por su belleza. Así serán cuidadosamente elegidos los espacios por ser polémicos, mal utilizados, feos o deshabitados, se admiten sugerencias de todo tipo.

El Parque de la Cornisa es tristemente popular por ser objeto de deseo del Arzobispado que pretende construir un gran edificio con una superficie mínima de 25.557,67 m2 y el Ayuntamiento que con las mismas aprovecharía para levantar otros edificios de «supuesto» equipamientos públicos, en una zona especialmente importante para la ciudad, por ser un espacio verde, un área de valor arqueológico y un paisaje emblemático de Madrid. Vamos que se cargan un parque en pleno funcionamiento y afluencia de vecinos, para convertirlo en su cortijo privado…

Estuvimos unos 25 amigos, compartimos viandas y charla animada y quedamos emplazados para el próximo desayuno, que tendrá lugar en la zona peatonal de la  calle Fuencarral, el día 16 de enero a las 12 de la mañana. Instalaremos a lo largo de la calle nuestra improvisada infraestructura de mesas a base de cajas de cartón, que esta vez conseguiremos de los propios comerciantes de la zona.

Animaós a participar, no hay que preparar grandes cosas, sólo llevar una taza, una cuchara y algo de comer para compartir, vamos a aprovechar  la calle para una actividad que no implique gastar.

Os mantendremos informados aquí y por mi parte prometo recordarlo cuando se acerque la fecha.

Que bien me sentó volver a la calle con mi taza, mis bollitos y tan buena compañía.

Hasta el día 16, en la calle Fuencarral.

Gracias a Alex, Sandra, Juancar y Gosia por las fotos.


diciembre 19th, 2010

Reconstruyendo la memoria urbana

Hace unos días conocí al artista Juan Garaizabal, que me contó interesantes cosas sobre Memorias Urbanas, un proyecto de arte público que lleva desarrolando los 2 últimos dos años en distintas capitales.

Vi sus moquetas, sus dibujos y le escuché, y bueno me apetecía mostraros su trabajo, para ello le pedí que me pasara algún texto de presentación, ya que me cuesta mucho mucho hablar sobre la obra de artistas que conozco y aprecio.


Os dejo el texto que me mandó y fotografías sobre algunos de sus proyectos, estoy segura que pronto algunos de ellos estarán ocupando el espacio que un día le preteneció, merecerá la pena verlo espero encontrármelos en alguno de mis viajes.

«El día 26 de enero de 2011 se inaugura en DOX Centre for Contemporary Art de Praga la exposición “Wandering Church” del artista Juan Garaizabal (Madrid 1971). En ella presenta mediante diferentes obras y formatos su proyecto de volver a levantar en Berlín y en Praga, con su propio lenguaje, la desaparecida Iglesia Bohemia de Berlín.


Las Memorias Urbanas de Juan Garaizabal son instalaciones artísticas de gran formato, estructuras metálicas dotadas de sistemas luminosos y sonoros, que logran materializar el espíritu de edificaciones que existieron, elementos que en su día tuvieron un gran significado, en su emplazamiento original y a tamaño original.


La belleza es un valor absoluto, pero el autor, a la hora de seleccionar una ausencia notoria para monumentalizarla, busca y ordena otros valores positivos, lo que él denomina el elemento heroico, en su historia. Ese trabajo ético y estético contribuye decisivamente a conformar estos retratos del alma, en los que la integridad ocupa un lugar preferencial. Integridad como la capacidad de “permanecer tras unos ideales” y aplicable a los edificios igual que a las personas.


El primer proceso desencadenante es la identificación de la convicción y visión individual del autor y el alma rescatada del elemento en un proyecto que “debe ser hecho”.


Fue trabajando para la noche en blanco (Noaptea Alba) de Bucharest en 2008 cuando por primera vez sintió la necesidad de materializar con su lenguaje “ausencias urbanas”. En aquel caso se trató de tres edificios que formaban parte del “Pequeño París” que Ceaucescu demolió para abrir hueco a su megaproyecto de “Casa del Pueblo”, en el centro de la capital rumana.


Entre los proyectos en fase de ejecución en estos momentos se encuentra la mencionada Iglesia Bohemia en Berlín, cuyos 30 metros de volumen serán levantados sobre el mosaico que recuerda su ubicación original antes de formar parte del Checkpoint Charlie, y el Palacio Real de Valencia, cuyos 24 metros de esqueleto metálico y luminoso volverán a brotar sobre los árboles que actualmente ocupan su antigua ubicación, en el céntrico parque de “Viveros”.


Al tratarse de estructuras completamente revolucionarias por lo escuetas que se alzan a la altura de edificios de diez plantas, dentro del equipo de trabajo, el ingeniero tiene un papel esencial.


Pero Juan tiene ya trabajados y esbozados una serie considerable de proyectos para ciudades como son el Palais des Tuileries en París, el Old London Bridge en Londres, El Paço da Ribeira en Lisboa, St. Nicholas Church en Nueva York, el Mercado de Olavide en Madrid o el Edo Castle Donjon en Tokio. Todos ellos, sobre todo los que están en curso, son minuciosamente trabajados por el artista en su taller de Berlín en forma de bocetos, maquetas de múltiples formatos, fotografías sobrescritas, perforadas…»

Gracias a Juan por dedicarme su tiempo y a Gonzalo y a Pepe por dármelo a conocer.

noviembre 25th, 2010

Viviendas provisionales made in japan

Más casos de ocupación del espacio público, llevadas a cabo por pura necesidad, por supuesto sin ningún tipo de pretensión artística, esto es lo que ha plasmado muy dramáticamente, el fotógrafo Christian Burkert en su serie fotográfica Tokio Homeless.

Retrata la forma de vida de algunas de las 6.000 personas sin techo que viven en la metrópolis de Tokio, acomodados en parques públicos o en las márgenes del río Sumida en tiendas de campaña, cajas de cartón y pequeñas chozas de madera y láminas de plástico.


Demasiadas personas sin hogar en una ciudad de vanguardia,  en la que parece que el más radical progreso, convive sin demasiados escrúpulos con este tipo de disfunciones del sistema, tan habituales en su paisaje urbano.

Digo esto porque hace tiempo publiqué otro post sobre la serie Cardboard Houses que el  magistral fotógrafo Ryuji Miyamoto hizo sobre este mismo tema, en la misma ciudad.

Y yo sigo encontrando tantas similitudes entre estas viviendas provisionales con una clara función habitacional y otras instalaciones más artísticas… que creo me estoy obsesionando un poco…

Conocí las imágenes aquí y las fotos son del autor.

noviembre 23rd, 2010

Heridas en el espacio urbano

Quería dejar al «ARTISTA» para mi post número 1.000, me faltan 10 para cumplirlos, pero después de 2 horas buscando algo que me motivase sin conseguirlo, he decidido que necesito levantarme el ánimo y que nada mejor, para ello que darme un homenaje visual en condiciones, así que voy a hacer un repasito a la obra de Gordon Matta-Clark.

Los que hayan pasado con frecuencia por el Ático sabrán,  siempre lo digo, que nada de lo que haya visto, artísticamente hablando, me ha impactado tanto como el trabajo en el espacio urbano, de este creador. Una búsqueda en google, os puede poner al día de lo que su inconmensurable obra, ha aportado al arte contemporáneo, pero, para el que no tenga ganas de indagar, os dejo un artículo de Darío Corbeira, editor del libro ¿Construir… o deconstruir? que fue publicado por el El País en el 2006.

«Su trabajo refleja desde sus comienzos su preocupación por los nuevos modos culturales en la vida cotidiana y por las nuevas subjetividades e identidades políticas posteriores a 1968: trabajando con basuras, ofreciendo oxígeno a los transeúntes de Nueva York, abriendo un restaurante gestionado y dirigido por artistas, poniendo en tela de juicio la propiedad privada del suelo… o subiéndose a la Clocktower para, colgado de su reloj, proceder a afeitarse, ducharse y lavarse los dientes.



Todas esas acciones tenían lugar en tiempo real, acotado y preciso, fuera de los sacralizados recintos de galerías o museos, pero previo a ellas realizó miles de dibujos, anotaciones y libretas de trabajo que, a la manera poussiniana, implican que concebía el dibujo como la imagen interior del proyecto. Del mismo modo, prácticamente todas sus acciones e intervenciones en edificios fueron fotografiadas, filmadas o grabadas en vídeo, y el modo en que las registraba estaba en perfecta coherencia con el discurso general que trataba de construir.



En donde realmente Matta-Clark dio el gran salto fue en sus trabajos con la arquitectura y el espacio. No veía en los edificios más que unas esculturas con tuberías y, en una sucesión de metáforas dentro de otras, buscó espacios internos más allá de la geometría construida. «La auténtica naturaleza de mi trabajo con edificios está en desacuerdo con la actitud funcionalista, en la medida en que esa responsabilidad profesional cínica ha omitido cuestionar o reexaminar la calidad de vida que se ofrece».



Las intervenciones en edificios (cortándolos, seccionándolos, troceándolos, agujereándolos, desplazándolos) le permitieron materializar ideas sobre el espacio que él intuía desde una dialéctica personal (designar espacios, crear complejidad). Las dualidades que fue descubriendo, impecablemente reflejadas en sus montajes fotográficos (vertical/horizontal, interior/exterior, vacío/lleno) resumen en términos de experiencia estética más de 2.000 años de ideas filosóficas sobre el espacio.



Esos cortes conforman una suerte de narración gráfica y textual que explica tanto el proceso de la obra como su contexto interno. Sus viajes al subsuelo de la ciudad pretendían descubrir espacios sin nombre, lugares ocultos: «Tengo interés en una expedición al subsuelo: una búsqueda de los espacios olvidados y enterrados bajo la ciudad… Esta actividad debería sacar el arte de la galería e introducirlo en las cloacas».



Su interés por los espacios intermedios, por los contenedores corporales y sociales, por la degradación urbana y los edificios okupados le permitieron trascender el conflicto que mantuvo con la Institución Arquitectura. Uno de los primeros episodios de dicho conflicto lo protagonizó al ser invitado a participar en una exposición en la Cooper Union. En este caso, su obra consistió en el desmontaje de las ventanas del lugar de la exposición para poner en su lugar fotografías de las ventanas reventadas de edificios degradados del Bronx, y sucedió que las ventanas fueron repuestas, la participación de Matta-Clark cancelada y que Peter Eisenman le acusó indirectamente de nazi. Este conflicto continúa hasta hoy y se hace visible cuando, por ejemplo, este artista sigue estando vetado en las bienales de arquitectura de Venecia.



Matta-Clark es el gran artista del espacio -éste fue su material de trabajo y proyecto-, de sus vacíos, no sólo del arte de las últimas décadas sino de lo que hoy conocemos como historia del arte. Muy inteligentemente estuvo al margen de las, aún hoy, difíciles -por no decir imposibles- relaciones artista/arquitecto, operando directamente sobre los sólidos construidos. «Los arquitectos construyen, los artistas destruyen», afirmaba Dan Graham a propósito de la obra de Matta-Clark.


En todo caso, su obra, que él se encargó de definir como hermenéutica marxista, posee la belleza convulsa de un tiempo de crisis vivido desde la lucidez. Matta-Clark es un antihéroe moderno y uno de los primeros artistas de la posmodernidad. Él, en definitiva, transformó en arte lo que las organizaciones ciudadanas, partidos y sindicatos no querían, no podían u olvidaban hacer: perseverar en el proyecto moderno de emancipación. Más que poner el dedo en la llaga, hundió, con toda la generosidad imaginable, sus manos y su cabeza en las heridas sistémicas del capitalismo tardío. Por eso es un artista ineludible a la hora de entender el arte de los últimos cuarenta años.»



Amen…


También os dejo un post (ahora sin fotos) que hice hace algunos años sobre el gran artista y otros que han seguido su estela.

Vaya hoy mi homenaje al maestro, en mi casi 1.000 post del Ático.

Bueno, pues definitivamente he terminado de elevar  el listón de los artistas invitados al Ático a la cotas más alta, a partir de ahora sólo puedo caer en picado… siento de veras no poder volver a estar a la altura…

Las fotos son de Google.

noviembre 8th, 2010

Mujeres usando el espacio público

Llevamos unos mesecito de pesadilla, teniendo que aguantar, que la vida y actos personales de artistas con egos por la estratosfera, nos asalten en las páginas de todos los diarios…



Si hasta hace pocos días los desvaríos mediáticos de un artista urbano, metido a director de cine, me dejaron exhausta, ahora me enfrento a otro «gran acto» que esta dando mucho que hablar, esta vez es de corte reivindicativo, «artista que rechaza un sustancioso premio». No niego que está bien lo que ha hecho, no esperaba menos, pero me hubiera parecido más creible si lo hubiera llevado a cabo de manera más discreta, no sé, una carta personal a la ministra, una llamada de teléfono, algo así… no proclamando su hazaña a los 4 vientos… en fin…

Total, que enfadada con este orden de cosas, me ha parecido bueno, para mi salud mental, bajarme un poco al mundo real, para hacerme eco de un documental, dirigido por la artista Marisa González llamado Ellas, Filipinas, en el que se nos muestra, una vez más, cómo las más interesantes ocupaciones del espacio público, no vienen de la mano de artistas comprometidos, sino por la necesidad de reunión de usuarios anónimos, algo que parece olvidado en Madrid, dónde varias personas juntas en una plaza, sobre todo si tienen aspecto de inmigrantes, se convierten en sospechosas y hay que tratar de dispersarlas, lo digo con conocimiento de causa, no se si recordáis que trataron de dispersas con todo el peso de la autoridad, a unos pocos que á desayunando pacíficamente en La Plaza de la Luna.

El documental y toda la documentación del proceso, da testimonio de cómo, todos los domingos, el Distrito Financiero de Hong Kong, vacío de uso comercial, se ve invadido por unas 120.000 mujeres inmigrantes filipinas, que desempeñan labores domésticas en la ciudad, y buscan allí, un lugar de reunión, un sitio donde simplemente estar sentadas y poder relacionarse con sus compatriotas, reir, comer, orar, jugar, bailar, soñar y compartir recuerdos de un país que dejaron hace muchísimos años y al que sólo tienen derecho a volver 15 días, cada dos años.

Para hacer más confortable su domingo a la intemperie, ellas crean sus propias casitas de cartón a base de unir cajas recicladas de la basura, aunque más bien se deberían llamar plazas, porque están abiertas por arriba, mucho me recuerdan a otras construcciones vistas en revistas de arte. Este modesto material, les proporciona un lugar íntimo, resguardado y hogareño, dentro de un macroespacio arquitectónico frío y pensado para el comercio y el transito de ejecutivos, que no pasan en él mas que los pocos minutos que tardan en cruzarlo.

Uno de los espacio emblemáticos que ha sido ocupado por estas mujeres, es el HSBC Bank, diseñado por Normar Foster, que seguramente no contara con el interesante uso alternativo que se ha acabado dado a los bajos de su edificio.

Un urbanismo de género que convierte a la mujer trabajadora en colonizadora de unos espacios público, que una vez descodificados, se llenan de contenidos sociales, seguramente insospechados para los planificadores.

Podéis encontrar más información en la página de la artista y también aquí, donde yo conocí la historia y saqué algunas fotos, otras son de la artista y también las hay de google y de este blog.

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