Hoy es un día de esos que dan ganas de meterse en un refugio y aislarse del mundo, no se puede salir de casa sin que te arrollen ordas de gente con pelucones imposibles, cargados de bolsas y con la mirada de los mil metros… pura alienación.
Pensando en dónde meterme, he recordado un maravillos trabajo del estudio de arquitectos PPAG en cooperación con Stefanie Meyer & Simon Oberhammer, en el que contruyeron un arenero verde para niños en área del Vienna MuseumsQuartier.
Según leo, la idea de este espacio, surgio al darse cuenta de que el espacio que les pedían debía tener sombra para aguantar las horas de calor, por lo que decidieron hacer un recipiente vivo, cubierto por vegetación que se adaptara a los cambios meteorológicos. Eligiendo esquejes de sauce de 5 metros que tejieron para envolver la zona de juego y mantener el frescor.