
Muchas veces ha hablado aquí de un tema que me preocupa sobremanera, la ocupación del espacio público por parte de las marcas comerciales, bueno, últimamente vivo más horrorizada, aún mas si cabe, por la ocupación que hace la hostelería de las calles y plazas del centro de Madrid, llegando a desplazar con sus mesas, sus plantas artificiales y sus tremendas estructuras de plástico, a los peatones que nos vemos lanzados a la calzada sin ningún miramiento, al habernos dejado sin espacio natural para transitar y sin lugar para el ocio, si no viene acompañado de consumo.

Pero desde luego, el tema de la publicidad invasiva me sigue tocando la moral, y estos días, vuelvo a relamerme, gracias a capacidad que tienen algunos artistas de subvertir la realidad que nos rodea y hacer de ella otra mucho más interesante, benditos artistas…

Esta vez la alegría visual me la da Karl Philips que ha ideado unas casas tomando como punto de partida las vallas remolque. Gracias a dios aquí no son muy usadas, pero que en otros países se han convertido en una manera habitual de hacer publicidad, supongo que al no tener asignado un espacio fijo, no tendrán que pagar tantas tasas de ocupación.

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