Hoy quiero recomendaros el trabajo poco conocido del colectivo japonés Mono-ha (Escuela de las cosas) compuesto por un grupo de artistas, activos desde finales de los sesenta a los setenta. Sus obras, trataban de cuestionar no sólo las tradiciones del arte occidental, recientemente incorporada, sino las nociones convencionales del arte contemporáneo.
Según leo: «Su trabajo era estridentemente anti modernista y se basaba principalmente en la escultura y las instalaciones, que incorporan materiales básicos tales como piedras, arena, madera, algodón, vidrio y metal, a menudo en arreglos sencillos, con un mínimo de intervención artística.
En muchos casos fueron piezas efímeras que por razones artísticas y prácticas, se destruyeron. No hubo compradores, y los artistas no podían o no querían conservarlas. En definitiva, estaba profundamente en desacuerdo con lo que el mercado anhela más: la marca de fábrica, y los destello efímero de las obras fácilmente asimilables».