febrero 7th, 2019

Nieva en el laboratorio

 

Antes de que la primavera se me eche encima como por arte de magia, y se derrita toda la nieve a mi alrededor, dejo por aquí la última parte de mi acercamiento a los cristales de hielo, hablando del trabajo deUkichiro Nakaya, otro héroe de los copos de nieve. Él fue el primero en crearlos de manera artificial, allá por el 1936.

 

 

Nakaya nació cerca del Mar de Japón en 1900, en la misma región donde se ambienta el maravilloso libro de Suzuki Bokushi, Hokuetsu Seppu» (Snow Country Tales), y precisamente este libro fue el que inspiró su trabajo científico, ya que además de relatar historias locales relacionadas con la nieve y maravillosos dibujos, contenía más de 180 bocetos de copos de nieve naturales.

 

 

Su padre quiso que fuera ceramista (lo que son las cosas en Japón), pero él contraviniendo su deseo, estudio física experimental y se doctoró en ciencias por la universidad de Kyoto.

 

 

Trabajando en la Universidad de Hokkaido, con pocos recursos económicos pero con mucha nieve a su alrededor, decidió estudiar los copos que él consideraba «jeroglíficos enviados desde el cielo»con métodos científicos.

 

 

Con la ayuda de un microscopio, tomó más de 3.000 microfotografías de copos de nieve y, a partir de ellas, pudo establecer un sistema de clasificación de cristales de nieve natural en siete grupos principales y muchos grupos menores.

 

 

Después, en 1935 fundó el Laboratorio de Ciencias de Baja Temperatura para tratar de crear cristales de nieve artificial en el laboratorio.

 

 

Según leo: «Generó vapor de agua en un tubo de vidrio hueco de doble capa, que luego enfrío. La labor no era sencilla ya que en vez de formarse copos de nieve, los cristales de hielo crecían como orugas sobre el hilo de algodón que usaba para la nucleación.

 

 

Nakaya continúo con sus experimentos, cambiando el algodón por otros tejidos, sin éxito. Un día encontró un cristal de nieve en la punta de uno de los pelos de un abrigo de piel de conejo: este hallazgo le llevó a producir el primer cristal de nieve artificial.

 

 

Así 3 años después del primer intento, produjo un cristal de nieve en la punta de un pelo de piel de conejo en su laboratorio. En diciembre de 1937, tomó fotografías de varios tipos de nieve artificial cultivada artificialmente; estas imágenes se inspiraron en el libro Snow Crystals del fotógrafoWilson Bentley que acababa de publicarse.

 

 

Nakaya descubrió la manera en la que los diferentes patrones se producen en la naturaleza y publicó su Diagrama Nakaya, que describe la relación entre el vapor, la temperatura, la sobresaturación y el exceso de densidad de vapor en las nubes. 

 

 

Observando el diagrama de Nakaya hay dos circunstancias que inmediatamente saltan a la vista. Una es que los cristales relativamente simples comienzan a volverse más y más complejos a medida que aumenta la humedad; las formas estrelladas y con múltiples ramas sólo se forman en altísimas condiciones hídricas.

 

 

Segundo, se verifica que la forma general se comporta peculiar y dramáticamente en función de la temperatura, cambiando de formas de placa a formas columnares cuando la misma desciende, y revirtiendo lentamente a placas si la temperatura sigue bajando.

 

 

Interesante saber, como cuenta el propio autor, que en los experimentos con nieve artificial, tuvo muchos fallos, pero se maravilló al ver que había contratiempos similares en la nieve natural.

 

 

En ocasiones, los cristales que comenzaban a formarse correctamente, se malograban  tomando formas tortuosa que desafiaban cualquier intento de categorización. Tales rarezas no podían ser Identificadas como cristales y se consideraban fallas y había que comenzar de nuevo.

 

 

Cito textualmente: «Sin embargo en la nieve natural, también se pueden encontrar formas extrañas similares. Después de descubrir la primera irregularidad, se notan otras, una tras otra, en varias etapas de desarrollo que muestran que la nieve natural también puede fallar para nuestro gran alivio. Una vez que encontré el ejemplo más maravilloso de desarrollo fallido en la nieve natural y grité: «¡Vengan, han cometido otro error!» Mi asistente, el Sr. H., se asomó al microscopio y su rostro se iluminó con una sonrisa de felicidad. 

 

 

Para saber más sobre sus estudios, el libro Snow Crystals: Natural and Artificial recoge todos sus descubrimientos.

 

 

En 1988 un equipo en Wisconsin demostró, contra lo que se creía anteriormente, que dos copos de nieve pueden ser totalmente idénticos si el entorno en el que se forman es suficientemente parecido. Con distintos experimentos, consiguieron demostrar que sí que existen copos de nieve idénticos… ¡a veces el conocimiento no da la felicidad! en fin…

 

 

Para cerrar el circulo de los copos de nieve, dejo aquí el nombre de Masaru Emoto  un especialista en medicina alternativa japonés, conocido por sus controvertidas afirmaciones de que las palabras, oraciones, sonidos y pensamientos dirigidos hacia un volumen de agua influirían sobre la forma de los cristales de hielo obtenidos del mismo.

 

 

Masaru expone agua a la influencia de la música, las palabras y los pensamientos. Luego congela las muestras y les toma fotografías. Según afirma, las vibraciones positivas -provenientes de la música hermosa, las palabras de afecto o los pensamientos positivos- configuran cristales con una estructura hexagonal clara, simétrica y brillante, muy similar a la de la nieve. Las vibraciones negativas -del agua contaminada, la música estridente o las palabras de odio- dan lugar a formas caóticas, asimétricas y oscuras.

 

 

Hay muchísimo material en internet sobre este «misionero del agua» libros como Los mensajes del aguadocumentales yo lo dejo aquí y me voy a ojear el documental con todo el escepticismo del mundo.

 

 

las imágenes que adorna este post no son de Nakaya, sino del libro de Suzuki Bokushi, Hokuetsu Seppu, sus ilustraciones originales y también imágenes de una instalación de luz que llevó a cabo el artista Takahiro Matsuo a partir del él.

 

Perdón por el tocho que me ha salido… Que no vuelva a pasar!!!!!!!.

enero 10th, 2019

Encerrando el lujo

 

Leo juntas las palabras, Boa Mistura, Málaga, intervención participativa y empiezo a sudar. Si le siguen frases como «humanizar las ciudades para devolvérselas a los ciudadanos»,  «generará una nueva memoria en el lugar” o «El arte como herramienta de cambio»,  fibrilo. Si esto va acompañado de nombres propios como Cerveza Alhambra, Maus, y MAC y Fernando Francés (que pongo de mi cosecha), yo solita me pido los santos oleos…

 

 

Gracias amigos bienintencionados por ponerme rápidamente al día de asuntos que me hacen mal, yo es que precisamente había dejado el caralibro para evitarlos, pero mi eficiente wassap se encarga de informarme al momento.

 

 

Los asuntillos que menciona el artículo de Rogelio López Cuenca son de sonrojo y no van a parar por mucho que nos hartemos de ponerlos en negro sobre blanco, de todos es sabido que esto de los grandes murales «patrocinados» es la manera mas barata de hacer publicidad en formato gigante, con la más amplia repercusión mediática y sine die, ya que ni el Tato va a estar interesado en reponer el soporte urbano/publicitario/público, a su estado original por mucho que se haya firmado su temporalidad por contrato.

 

 

Los anunciantes se relamen con el chollo, también los politicos, a los que estas lavadas de cara urbanas les salen gratis y les da para algunas fotitos, muy útiles en campaña electoral, que es siempre…

 

 

Con un mal cuerpo que me dura días, me retiro a mis archivos de invierno para tratar de encontrar algo de frescura en la calle, allí donde ya casi no queda, y tengo suerte, ya que guardé una preciosidad en forma de fotografía urbana, cuyo autor es el artista plástico Baptiste César.

 

 

La serie se llama Les Vitrines Minimales y me causa una gran satisfacción visual a la par que envidia cochina, ya que lo que ha conseguido este hombre es armar un proyecto redondo, que ya me hubiera gustado para mí. Lástima que no tenga ese buen ojo ni la capacidad de seleccionar de una manera tan talentosa.

 

 

Este artista, que también hace instalaciones y esculturas, ha conseguido inmortalizar 60 magníficos cerramientos de escaparates de tiendas de lujo de la capital francesa, de los que se usan para proteger los escaparates, (benditos sean los carpinteros parisienses), mientras se realizan reformas en los locales.

 

 

Los resultados añaden geometría, simplicidad y cierto orden a una ciudad llena de color y estímulos visuales en sus vitrinas.

 

 

No puedo dejar de admirar la finura del trabajo fotográfico así como la habilidad para llegar al lugar de los hechos antes de que los grafiteros y cartelistas se ensañen con tan impolutos soportes, mucho tiempo en la calle debe pasar este hombre.

 

 

En fin… que dejo por aquí mi admiración a tan buen ojo fotográfico para captar y dar entidad a pequeñas obras que se repiten en el espacio público sin que la mayoría de los humanos reparemos en ellos, aunque vistas todas juntas cualquier artista urbano mataría por firmar como de creación propia.

 

 

Madrid no tiene presupuesto para tan ilustres acabados y yo lo lamento…

 

 

Vale, ya me siento mejor…

 

 

He sacado las fotos de aquí.

 

 

enero 7th, 2019

Círculos con árboles

 

Con la instalación que el artista Strijdom van der Merwe llevó a cabo en Kamiyama, doy por terminado el tema «círculos en la naturaleza»… por ahora…

 

 

Fue ésta una pequeña e inspiradora intervención llevada a cabo con una simple navaja sobre el musgo superficial que cubría la corteza de los arboles de toda la zona.

 

 

Una pieza en la mejor tradición del land art, poco invasiva y muy efímera ya que en un breve tiempo acabó de nuevo integrada en la naturaleza.

 

 

Y aunque no parezca éste un trabajo especialmente relevante, a mis ojos se presenta como fresco y saludable, así que vaya todo mi respeto a una intervención que no empacha.

 

 

Dejo las fotos que he encontrado en google, y también la de otras piezas de este artista en las que la forma circular es protagonista.

 

 

Antes de cerrar por hoy, y ya que ando por Japón (virtualmente), aprovecho para dejar otra obra circular, ubicada en la Prefectura de Miyazaki, y que fue creada por la propia naturaleza guiada por científicos, sin voluntad artística ninguna.

 

 

Se trata de dos impresionantes círculos de arboles sugi (cedro japonés), sólo visibles desde la altura y que fueron el resultado de un experimento científico que se prolongó durante mas de 50 años.

 

 

Según cuenta el Ministerio de Agricultura de Japón, ellos son los artífices de esta singular intervención. En 1973 designaron un área para desarrollar trabajos de silvicultura experimental, y uno de los experimentos fue tratar de medir el efecto del espaciamiento de los árboles durante su crecimiento.

 

 

Plantaron árboles en incrementos radiales de 10 grados, formando 10 círculos concéntricos de diámetros variables. Los arboles fueron creciendo a lo largo del tiempo pudiendo comprobarse que efectivamente la densidad de los arboles sí que afecta a su crecimiento.

Pasados los años, se ha generado un paisaje tan espectaculares que se está considerando dejar que la naturaleza siga su curso y no talarlos, como en principio estaba previsto.

Os dejo el proyecto en perfecto japonés. Yo lo he conocido aquí, de donde también he sacado las fotos.

diciembre 27th, 2018

Hojas que iluminan hojas


Descubrimientos que hacen que me reconcilie con el género humano, y que viene de la mano de gente tan ilustre como la que trabaja en el MIT. En este caso de la doctora Seon-Yeong Kwak y el Dr Michael S. Strano han conseguido, por resumirlo de manera que se entienda fácil, que una simple mata de berros pueda servir de lampara de lectura, sin necesitad de ninguna ayuda eléctrica.

 

 

Mas allá del hecho científico de parece de gran utilidad práctica, sobre todo si puede desarrollarse de un modo extensivo, sólo de pensar en árboles que sustituyan a farolas o que mis macetas también me den luz ambiente en la casa, me hace salivar…

 

 

Según explica el MIT, este milagro se consigue cambiando la estructura interior de la planta inyectando nanoparticulas(1 nanometro = 0.000000001 metros) que consiguen que ocurran una serie de reacciones bioquímica que generan luz visible, tal como ocurre en las luciérnagas.

 

 

Los componentes de esta reacción, se producen a causa de una proteína llamada luciferasa y de una molécula, la luciferina. Cuando estos dos componentes interaccionan en presencia de oxígeno, la luciferina es oxidada y se genera luz. A este mecanismo se le conoce como bioluminiscencia. Otra molécula, llamada Coenzima A, ayuda al proceso, eliminando un tipo de reacción que  inhibe la actividad de la luciferasa.

 

 

El equipo del MIT empaquetó cada uno de estos componentes en un tipo diferente de portador de nanopartículas que les ayudan a llegar a la parte correcta de la planta y también evitan que se acumulen en concentraciones que podrían ser tóxicas para las plantas.

 

 

El resultado fue la planta de berros que funcionaba como una lámpara de escritorio. Los primeros esfuerzos de los investigadores al inicio del proyecto dieron lugar a plantas que podrían brillar durante unos 45 minutos, que desde entonces han mejorado a 3.5 horas.

 

 

La luz generada por berros de diez centímetros es una milésima de la cantidad necesaria para leer correctamente, pero fue suficiente para iluminar las palabras en una página de EL Paraíso Perdido de John Milton.

 

 

Los investigadores creen que con más ajustes, esta tecnología podría usarse para proporcionar luces lo suficientemente brillantes como para iluminar un espacio de trabajo o incluso una calle completa, así como iluminación interior de baja intensidad para ello tienen que optimizar la concentración y las velocidades de liberación de los componentes químicos.

 

 

Para futuras versiones de esta tecnología, el equipo espera desarrollar una forma de pintar o rociar las nanopartículas sobre las hojas de las plantas, lo que podría hacer posible transformar los árboles y otras plantas grandes en fuentes de luz.

 

 

Los investigadores también han demostrado que pueden apagar la luz agregando nanopartículas que llevan un inhibidor de la luciferasa. Esto podría permitirles crear eventualmente plantas que cierren su emisión de luz en respuesta a condiciones ambientales como la luz solar…

 

Suena fantástico y ya puestos a pensar,  además del ahorro energético y económico que supondría, (la iluminación representa alrededor del 20% del consumo de energía en todo el mundo), su uso extendido podrían representar un importante recorte en las emisiones de CO2.

 

 

Seguiré bien atenta la evolución de este proyecto.

 

 

He leído la noticia aquí y las fotos las he sacado de google.

 

 

También dejo por aquí a Elowan, otro proyecto del MIT, con plantas, y luz, y otro sobre plantas que detectan bombas y armas químicas desarrollado por el mismo equipo del Dr. Strano.

 

diciembre 23rd, 2018

Colección de objetos que caben en el pico de un cuervo

 

Me afano en mi colección de objetos raros, muchas veces de  mínimo valor económico pero difíciles de encontrar. Para mí son preciosos ya que con ellos compongo mis piezas Feeas, que me reconcilian con la vida creativa.

 

 

Admiro pues a las personas constantes que se dedican a atesorar cosas, importantes para ellas, aunque no lo sean para nadie más… ¡Vivan las colecciones de cajas de cerillas, de piedras, de plantas, hojas, insectos… lo que quiera que sea!, todo vale si ha llevado su tiempo hacerla crecer.

 

 

Pero el summun de las colecciones, la que hace que se me caiga la babita cuando pienso en ella, es la de una niña llamada Gabi Mann, que colecciona regalos de los cuervos a los que alimenta.

 

 

Según leo en un artículo de la BBC del 2015 la pequeña Gabi de entonces 8 años, que vive en la ciudad de Seattle, alimenta cuervos en su jardín y a cambio, ellos traen brillantes regalos con los que le demuestran su cariño.

 

La relación de Gabi con los cuervos del vecindario comenzó cuando tenía cuatro años y dejó caer accidentalmente trocitos de comida de su regazo que un cuervo se apresuró a coger, el resto de la bandada quedó esperando su porción.

 

 

A medida que creció la niña, pasó a compartir con ellos su almuerzo y su hermano pequeño pronto se unió . Los cuervos les esperaban en la parada del autobús para saludarles, esperando otra ración de comida.

 

 

La madre no tuvo problema con que sus hijos repartieran su comida con los pájaros, y en 2013 comenzaron a ofrecer comida en su jardín, como un ritual diario, en lugar de dejarles las sobras de vez en cuando.

 

 

Cada mañana ponen agua para que los pájaros beban y cubren las bandejas de los comederos de aves con cacahuete, y Gabi tira también puñados de comida para perros en la hierba, ya que también les gusta.

Mientras trabajan, los cuervos se reúnen en los cables de teléfono, y esperan la invitación para acudir al banquete.

Fue en el momento en que la comida empezó a llegar de forma continuada, que los pájaros empezaron a dejar sus regalos a la pequeña. Los cuervos limpiarían el alimentador de cacahuetes y dejaban baratijas brillantes: un pendiente, una bisagra, una roca pulida, tornillos o bisutería, no había un patrón, los regalos aparecieron esporádicamente, siempre algo brillante y lo suficientemente pequeño como para caber en la boca de un cuervo.

Según cuenta la niña, una vez recibió una pequeña pieza de metal con la palabra «mejor» impresa en ella, y se pregunta si ellos conservarían la parte que dice ‘amiga'», y sería  divertido imaginar que un cuervo lleva un collar a juego.

También relata con admiración que una vez la madre perdió un protector de lente de la cámara y al día siguiente estaba en el comedero de la casa, los pájaros estaban atentos a los movimientos de la familia y cuando vieron que la lente quedaba olvidada, decidieron que debían devolver el objeto extraviado a sus queridos tiempos.

Todos los obsequios que recibe Gabi, los cataloga cuidadosamente y los archiva incluso los ordena según la importancia que tienen para ella.

Hay más documentación en internet sobre los cuervos y sus regalos, para los que estén interesados.

Yo que quedo enganchada a la maravillosa colección de objetos de esta niña, que al igual que la mía viene por el aire, pero que no se puede conseguir con dinero sino con verdadero amor a los animales, algo que yo no tengo, sobre todo por los cuervos, Hitchcock debe tener la culpa…

La historia la tenía guardada y las imágenes son de la BBC.

 

 

 

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